El duende de los nombres

Los duendes son seres simpáticos y traviesos, tienen la capacidad de estar en varios sitios a la vez, pueden ser huidizos y a veces cambian las cosas de lugar. Difícilmente puedes verlos, saben jugar muy bien al escondite pero a veces te dejan regalos, te conceden deseos, te señalan el camino de baldosas amarillas a través de lo que te esconden para que lo busques y lo que te obsequian para que te encuentres, también se les da muy bien guardar secretos. En esta estación de luz en la que entramos os presento a un duende muy especial que también forma parte de la pandilla de Ángel Bemol. Alegre, risueño y muy creativo, con un don curioso, el de regalar nombres, no cualquier nombre, si no justo el que necesitas para saber quien eres y dar los pasos hacia lo que quieres y de lo que eres capaz. Es más, os cuento un secreto, antes de que Ángel Bemol supiese que ese era su verdadero nombre para llegar a su verdadera naturaleza se tropezó con este duende y tuvo el honor y la suerte de poder verle, algo increíblemente excepcional, se hicieron buenos amigos y el duendecillo como premio le hizo el regalo de ese nombre único, personal e intransferible. Como duende que es tiene un carácter independiente, sigue apareciendo y desapareciendo, siempre de aquí para allá, pero cuando se reúne con el resto de la pandilla es una fiesta, pues pone ese toque de alegría, chispa y naturalidad que a veces hace falta en la vida.


Ilustración de Rosa de Soto (Ángel Bemol) todos los derechos están reservados

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