Semillas recurrentes

Últimamente oigo hablar mucho del sistema educativo y rodeados de la estación primaveral, la energía de crecimiento, explosión de color y diversidad que hay en ella, a este ángel en tierra, le hace llegar la siguiente reflexión.
Supongamos que un día compras semillas de geranio, estas tienen un color especifico, una forma especifica y lo que va a surgir es un geranio, no tiene más misterio, una planta es lo que tiene, y es lo que es, y sin embargo nos empeñamos en tratar a seres humanos como plantas, pese a que cuando nos gestamos ciertamente podemos heredar rasgos de nuestros padres, abuelos o algún tío, no solo los físicos, también en cuanto a personalidad. Un ser humano, al contrario que una planta es un ser de definición relativa, con muchas posibilidades en su vida y sin embargo permanecemos en el empeño de querer enderezarlos y enderezarnos como los árboles de invernadero, convertirlo en aquello que otro desea que sea, en lugar de averiguar que clase de semilla lleva en su interior. Un geranio, un rosal, un pino son lo que son de forma obvia y evidente, un ser humano no muestra lo que es de forma obvia y evidente y su proceso es otro para que así ocurra y la única educación valida para situaciones así es aquella que sirve para que esa semilla se vea a si misma y exprese, muestre por si mismo lo que en realidad es. Lo único en común que podríamos tener con una semilla, la lección básica que se puede extraer de ella, es que nadie le dice que germine, ella sabe que es justo lo que tiene que hacer, y sin ningún tipo de guía, salvo la suya propia, tiene la intuición suficiente como para saber hacía donde debe ir para recibir los rayos del sol, y otra cosa, en ese proceso de aprendizaje y crecimiento no eres nunca el mismo y es eso justamente lo que se precisa para desarrollarse y llegar a lo que eres y quien eres en realidad, la fluidez con tus propios y necesarios cambios.



Imagen digitalizada basada en una obra de Rosa de Soto (Ángel Bemol)

"Un árbol nunca es el mismo ni tan siquiera en todas sus primaveras."

Poema y reflexiones para ángeles caidos

Por que los hay, y de tipos muy variados y para mi los ángeles caídos no son precisamente demonios, para mi esos ángeles caídos son seres humanos corrientes obligados a aterrizar en tierra y es muy posible que en algún otro lugar volábamos y al caer aquí nos dijeron que solo teníamos derecho a caminar y a tropezar, pero uno se levanta, toma carrerilla y en un momento dado puede volver a volar. Para mi los ángeles caídos son quienes olvidaron que en el fondo eran ángeles, que se conformaron con ir arrastrando sus pies, sus cargas y su ira, mirando con desdén a quienes están dispuestos a tomar carrerilla y probar a saltar más alto, esos que si les es posible, agarran de los pies a quienes se lanzan hacia delante y hacia arriba pues no pueden soportar ni tolerar que un día les salgan alas y vuelen hacia su destino, su horizonte, contra viento y marea. Para mi los ángeles caídos son aquellos que fueron por la vida de forma conveniente y cumpliendo con deberes impuestos por otros y ahora creen que pueden llenar de deberías y de aquello que consideran que es conveniente a quién se cruce en su camino, cuando en realidad nadie es dueño, ni GPS de rutas ajenas y además son precisamente aquellos que tomaron la decisión de salirse de lo conveniente, de los caminos establecidos, quienes revolucionaron y cambiaron el mundo. A esos que no ven en si mismos la divinidad que hay en ellos está dedicado este poema y no es que sean malos, es que simplemente olvidaron que un día fueron ángeles también y les duele recordar o que otros se lo recuerden. Me quedo para terminar con una frase que vi por ahí y me gustó mucho, "A veces la vida nos detiene los pies para que descubramos y usemos nuestras alas". . . si queremos.


A LOS ÁNGELES CAÍDOS

Algunos no quieren

que sobrevivan los fuertes

los que saben que la respuesta

no está en la guerra,

que la verdad no habita

en la conquista,

sino en el fluir de la vida,

en la elección de las huellas

que se dejan sobre la tierra,

en las páginas que les pasamos

sin prisa, ni miedo al tiempo.

Hay demasiadas voces alrededor

contaminando pensamientos,

confundiendo caminos,

como muros, como garras

que matan al tiempo

arrancando las plumas

de muchas alas.

Rosa de Soto

Perteneciente al libro "Poemas de la memoria pintada"


Querido ruido

¿Sabes lo que son días con ruido?, no tiene nada que ver con el sonido ambiente, sino más bien con lo que te ronda por la cabeza. A veces tengo días con ruido y creo que viene bien hablar de ello. En la mente puede haber sonido, silencio y ruido, lamentablemente vivimos en un mundo en el cual acabamos cargados de ruido, aunque intente evitarse, nos cargan de ruido, nos bombardean con ruido constantemente, el ruido para mi es en muchos casos toda esa información superflua que nos rodea, nos entretiene y que absorbes a diario, todos los pensamientos que no te llevan a ninguna parte o te boicotean, toda la energía invertida de forma inútil y estéril, quienes te arrastran, o lo intentan, fuera de ti y del camino que escogiste.
Hay quienes acaban tomando la firme decisión de apagar, desenchufar o poner distancia, puede parecer fácil, pero lo cierto es que no siempre somos o queremos ser conscientes de todo el ruido del que nos dejamos rodear, que nos invade, nos distrae, y algunos prefieren vivir con ruido, distraídos, pues cuando le prestas atención al ruido, no has de responsabilizarte de tu propio silencio y sonido, de la voz interna que te empuja para que salgas de tu zona de confort, algo que ha veces da si cabe más miedo.
Si decides dar un giro a tu vida y liberarte de tu ruido, has de llegar a un acuerdo con él, hablarle con serenidad, conversa con tu ruido. "Querido ruido, se que estas ahí, pero no vas a ser una molestia para mi."
Hace poco realicé un interesante taller, dentro de un curso de Arteterapia Humanista, estaba relacionado con la escucha, la cual se dividía en tres, la interna, la externa y la intermedia, esta última es la mayoría de las veces ruido, es la mente imponiéndose entre las otras dos, la que quiere sentirse y sentir, pero en el instante en el que tu ruido y tu lográis esa tregua deja de interponerse entre el mundo y tu, pues lejos de lo que erróneamente hemos estado creyendo, el mundo no es ruido, ni siquiera silencio, sino lo que es capaz de equilibrar ambos.
"Querido ruido no eres parte de mi, por lo que te permito transitar sin prestarte atención hasta que decidas irte."



Imagen digitalizada basada en una obra de Rosa de Soto (Ángel Bemol)

"Algunos no soportan la voz que hay en su silencio y llenan su vida de ruido."

De inviernos y soledades

Hoy decido en el último mes considerado invernal, en un día que se festeja la candelaria y la luz de la primavera que está a punto de llegar, la fiesta de la luz que fue importada de nuevo de la tradición celta y asimilada por el cristianismo, hablar del invierno. Este es mi mes, el mes en el cual nací en mi forma humana, de echo lo estrené, el 1 de febrero abrí los ojos a este mundo a caballo entre la oscuridad y la luz, vine a este mundo en esa frontera entre lo que muere y está por nacer, los celtas celebraban ese paso de la oscuridad a la nueva luz entre el 1 y el 2 de febrero, le rendían culto a su diosa más importante, a la naturaleza, las estaciones y ese proceso energético vital y necesario. 
Habló ahora del invierno y su función con cierta nostalgia pues donde yo me encuentro, apenas hemos sentido el invierno.
La energía que trae la estación del invierno es la de dejar que las cosas plantadas maduren en el silencio, en la soledad. Por mucho que a veces nos cueste asumirlo, entenderlo, se nace y se crece solo. Cuando pedimos permiso para crecer rara vez somos aquello que deberíamos haber sido. Estamos viviendo esperando o tolerando el permiso de otros para crecer, de gobernantes, amigos, padres, maestros, etc.
Este es el último mes del invierno, un invierno extraño que se ha encontrado fuera de lugar, porque nuestro particular invierno no siempre parece encontrar su sitio para ser, donde apenas ha habido lluvia, emoción, donde la madre tierra ha emitido un quejido más profundo y la luz ha querido estar más presente como un aviso, o una señal.
El proceso sigue seamos conscientes o no de él y nos encontramos en la situación de decidir parir las semillas o dejarlas morir, que ese dar a luz sea con dolor o con fluidez.
Acompaño esta entrada de una obra pictórica y poco más, sin frase, sin palabras añadidas, no considero que esta vez sea necesario. El título que decidí darle a esta obra fue "Hay silencio en los inviernos", y el invierno llega para que tras perder, soltar y dejar caer, el silencio y la soledad te invita a escuchar, a observar, si se está dispuesto, lo que pueda indicarte cual es la próxima dirección.


Hay silencio en los inviernos

Obra pictórica de Rosa de Soto (Ángel Bemol)