Lluvia del corazón

Llega el otoño y con él aquello de lo que hay que desprenderse para afrontar mejor el invierno y también llegan las lluvias. 
El agua dentro de los cuatro elementos que conforman la naturaleza, se considera un elemento emocional.
La lluvia tiene dos funciones nutre y limpia y en el caso del otoño, la estación de los poetas, la melancolía, la nostalgia y de lo que se pierde, por lo general de forma necesaria, aunque no siempre se entienda así, el agua se convierte en la energía que limpia, que se lleva lo que no es necesario en este ciclo. 
Nosotros tenemos nuestra particular lluvia que limpia y libera emociones innecesarias, se llama llanto, hace poco me llegó una frase interesante “No te quedes con tus emociones pues si tus ojos no lloran llorará otro órgano de tu cuerpo.” Uno alcanza el equilibrio cuando empieza a entender que la vida es risa y llanto, que dentro de cada risa hay lágrimas escondidas y dentro de cada tristeza hay algo que limpiar y sanar para alcanzar la alegría. Reprimir aquello que nos limpia, sana y restablece el equilibrio es dar paso a un daño aun mayor, puede ser en forma de enfermedad, como bien dice la frase, o aun peor, de ira a menudo mal canalizada o enfocada.
Vivimos en un mundo donde lo políticamente correcto es reprimir, enmascarar, ya lo he dicho muchas veces, algunos casi que por norma y ley. Una frase y aptitud lapidarias, como muchas otras, es aquella de “los chicos no lloran”. Las lágrimas del cielo o de los ojos, agua de vida, siempre se han relacionado con lo femenino y por lo tanto son consideradas como un signo de debilidad. Yo opino lo contrario, para mí es un acto de valentía situar tu emoción y sanarla a través de ese acto, contigo, sin implicar a nadie más. Hace falta más valor para hacer eso que para ir dando bofetadas a diestro y siniestro.
No me avergüenza admitirlo, cuando algo me pesa lloro, lo limpio, lo libero y sigo adelante, contando con la sabiduría de la naturaleza, ella sabe y si la escucho y la observo me dice que sucede en mi y que es lo que debo hacer.



Imagen creada por Rosa de Soto (Ángel Bemol)

"A veces necesito llorar algunas cosas, es el único modo de limpiarlas y dejarlas ir, como el río que corre hacia el mar."